Y terminamos esta serie dedicada a la improvisación y la espontaneidad con 9 pasos:
-
Reconoce tu singularidad. No hay dos personas iguales. Empieza tomando conciencia de lo que te hace único.
-
Crea tu propia marca: No ocultes por modestia los atributos positivos que definen tu personalidad, al contrario, haz bandera de ellos.
-
Ignora las opiniones de los demás. Viste, decide y compórtate para gustarte a ti mismo, no a los otros.
-
No te compares con nadie. Tomar a otras personas como espejo tiene el inconveniente de que siempre sentiremos que nos falta o sobra algo.
-
Comunica, pero sin herir. La espontaneidad nos permite transmitir nuestras opiniones, necesidades y sentimientos; el único límite que debemos marcarnos es no ofender a nuestro interlocutor.
-
Apuesta por la naturalidad. Ser fiel a uno mismo tiene una gran ventaja, que, como mínimo, una persona -tú- no se sentirá defraudada.
-
No hagas nada que no quieras. La espontaneidad significa también no hacer aquello que, además de ser innecesario, no nos apetece. Trata de no acudir a fiestas, reuniones o cualquier otra cita social sólo por obligación.
-
Rodeate de personas abiertas. Los caracteres rígidos suponen un freno. Busca un entorno más flexible donde puedas ser tú mismo.
-
Vive el momento. Si te preocupas demasiado por lo que pasará más adelante. nunca podrás vivir con espontaneidad, ya que ésta se vincula al aquí y al ahora