En relación al anterior artículo dedicado a los golpes de calor os propongo ahora conocer qué se puede hacer si nosotros, o alguien que se encuentre cerca, sufrimos uno:
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Debemos intentar ponernos o poner a la persona en cuestión en un sitio a la sombra y fresco. Si no tenemos esa posibilidad conviene, al menos, cubrirle la cabeza con algún objeto que evite que los rayos de sol le den directamente.
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Beber o dar de beber agua si es posible. Sólo para los casos más leves, ya que en los de mayor gravedad son frecuentes los vómitos cuando se ingieren líquidos.
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En ocasiones, una vez pasados los primeros síntomas y según la temperatura recupere valores más moderados, el agua con sal es adecuada para favorecer la rehidratación.
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En estos casos más graves es fundamental llamar al servicio de emergencias o trasladarnos al centro de salud más cercano, ya que si no recibe el adecuado tratamiento médico una persona con un golpe de calor severo puede morir.
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En los casos en que la temperatura corporal sea muy elevada o aumente rápidamente hay que quitarle la ropa y humedecerle el cuerpo con paños húmedos, envolviéndole la cabeza en ellos. Esto se hará hasta que la temperatura vaya bajando poco a poco.
Muy buenos consejos en estos tiempos de temperaturas altas.
Hola, Alberto! Me alegro que te resulte interesante el artículo. Un placer leerte por aquí 🙂