Masaje

El masaje es probablemente la terapia más antigua que se conoce. Todos tenemos la reacción intuitiva de llevarse la mano a la zona de dolor o tensión para aliviarlos. Se tienen evidencias que forma parte de la cultura médica ancestral de todos los pueblos y forma parte primordial de todas las medicinas tradicionales.
El masaje ha ido evolucionando desde la simple presión en el área del dolor hasta técnicas especializadas destinadas a tratar problemas concretas en el cuerpo.
Su principal virtud es que proporciona, mediante el contacto bienestar, seguridad y confort. Mediante la manipulación de la piel y los músculos alivia la tensión y elimina emociones negativas, además de que mejora la actividad metabólica.
Cuando se aplica a personas sanas de cualquier edad, promueve el bienestar general, proporciona mayor vigor al organismo, alivia el cansancio, promueve la relajación y alivia tensiones o estrés. En deportistas se utiliza para prepararles para las competencias y para relajar los músculos utilizados.
Con fines terapéuticos, se utiliza para diversos fines, como rehabilitar tejidos dañados, aliviar el dolor, mejorar la función circulatoria tanto de sangre como de linfa y recuperar la movilidad en tejidos sujetos a traumas.
Masajes estéticos, cuya finalidad es disminuir la grasa corporal y devolver al músculo su tono.
Masajes relajantes, que tienen como objetivo descargar la tensión acumulada, de forma lenta y con una presión firme y progresiva. Se actúa sobre los puntos de tensión que son músculos en tensión o «nudos», para dar a los músculos un tono más relajado y mejorar la oxigenación.
La Digitopuntura puede ser considerada también una técnica de masaje. Esta sigue los principios generales de la acupuntura, pero utiliza las manos para hacer presión en los puntos específicos establecidos en los meridianos, en vez de agujas.

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