Men’s Health ha realizado una investigación en los Estados Unidos y ha encontrado desde mensajes subliminales hasta estrategias de marketing muy agresivas para vendernos humo.
Los hombres de entre 18 y 25 años, muchos de los cuales todavía creen que son inmortales, constituyen ahora el segmento de edad más joven al que puede dirigirse legalmente la industria tabaquera. Y los expertos en marketing van a por ellos con todo lo que tienen. «Este grupo es un objetivo prioritario para la industria, tanto por sus propios hábitos de consumo como por su influencia sobre jóvenes de menos edad», señala Robert L. Kline, ex-director del Centro de Control del Tabaquismo en la Facultad de Derecho de la Universidad Northeastern (EE.UU.)
El marketing ha creado un universo alternativo donde fumar queda bien, no tiene consecuencias y ayuda a relacionarse. Sin embargo, antes de cobrarse sus piezas las tabaqueras todavía tienen que engatusar a bastantes hombres reacios para que den su primera calada. Por eso se dirigen a los bares de los campus universitarios: el ambiente relajado hace que los jóvenes olviden los riesgos, y la presencia de chicas atractivas les anima a comportarse como machitos y a pavonearse en compañía de sus colegas fumadores.Es difícil imaginar un entorno más favorable para captar nuevos adictos a la nicotina.
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El cigarrillo funciona como un bastón que proporciona una supuesta ayuda, además de una satisfacción inmediata o la ilusión de que se puede afrontar todo y con poco esfuerzo, por ejemplo una entrevista, advierten psicólogos especializados en adicciones.
Frente a la decisión de abandonar el hábito de fumar aparecen dudas y temores. Uno de los más típicos es el miedo al sufrimiento. Es frecuente que en las personas ya intentaron dejar de fumar en alguna oportunidad, se desalienten por el mero recuerdo de los padecimientos que les trajo tal actitud.
Esos sufrimientos ?explican los especialistas- están vinculados al sindrome de abstinencia que, desde el punto de vista orgánico puede causar estados de ansiedad, nerviosismo, trastornos del sueño, malestares diversos, tos, etc.) Por otra parte, desde la esfera psíquica, al cigarrillo puede vérselo como un amigo incondicional, un compañero de soledad y momentos de angustia, un moderador de las reacciones emocionales temidas, como la ira y la tristeza.
Las excusas para postergar la decisión nunca faltan. En la lista de las más comunes que se escuchan en los grupos de autoayuda están: ?me calma los nervios; me ayuda tanto; es mi mejor amigo; me hace compañía; es el único lujo que me doy; tanto no fumo; este no es el momento para intentarlo; si dejo voy a engordar?.
Finalmente, llega un momento comprometido, a veces es dejar de fumar o enfermermar gravemente y hasta morir. Entonces, dejar de fumar tiene que ser HOY. Los especialistas -y pacientes- concuerdan que con el tiempo se supera todo, hasta las la ansiedades y la angustia. Es posible dejar de fumar y no engordar porque una dieta adecuada, determinados ejercicios y los grupos de apoyo ayudan mucho en este sentido.
Para dejar de fumar es muy importante conocer la o las motivaciones que guían la decisión. Las motivaciones son muy variadas y cambian según cada persona. En todos los casos, la iniciativa debe surgir de la propia convicción y deseo.
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Interesante información, gracias por pasarte y comentar, Luis
pongan lo k les pregunten no lo k investigaron en estados unidos no nos importa eso