es una planta milenaria que hasta los años 70 nunca había sido, al menos por la comunidad científica, asociada con el tratamiento del cáncer. Los habitantes del Perú han heredado de sus antepasados, la práctica de utilizarla para el tratamiento de enfermedades reumáticas y respiratorias, y por ello ha sido usada por cientos de años en los países de América, en la forma más tradicional, mediante infusiones o la corteza aplicada a úlceras para sanar y desinflamar.
La uña de gato posee antioxidantes y otros componentes que ayudan a la regeneración del sistema inmunológico que se afecta por enfermedades como el cáncer. Actualmente se utiliza como un método paralelo a la quimioterapia o radioterapia, en los que ha mostrado efectividad.
Las investigaciones sobre la misma continúan, se vislumbran algunas aplicaciones beneficiosas en enfermedades como el Herpes y el Halzheimer. Sus propiedades sanadoras están comprobadas en el tratamiento de la mala circulación de la sangre, la gota, el reuma, la sinusitis y es un gran aporte en el control de vómitos y otros efectos que se derivan de los tratamientos químicos del sida y el cáncer.
Debe tenerse muy en cuenta que, tiene algunos componentes que inducen al aborto, por lo que no debe en ninguna manera ser utilizada por mujeres embarazadas y aún por niños lactantes. Una terapia de apoyo con uña de gato mediante los suplementos accesibles hoy en el mercado y aún una de prevención, vistos todos sus grandes beneficios, es una buena decisión.
Como en todos estos casos, la opinión del facultativo debe ser tomada en cuenta antes de iniciar el consumo de cualquier medicamento aún sea de origen natural, puesto que las condiciones de salud de cada persona varían y deben ser analizadas previamente.
