La medicina alternativa, potencialmente peligrosa para los niños

Un estudio realizado por el Royal Children´s Hospital, situado en Melbourne (Australia), ha dado como resultado un hecho bastante particular, que tiene que ver con la aplicación de medicinas alternativas para realizar tratamientos en niños. Las conclusiones a las que ha llegado este informe indican que el uso de este tipo de terapias en los infantes puede ser peligroso y hasta dañino, más si las medicinas alternativas son aplicadas en ellos como un sustituto de las terapias médicas convencionales.

Estos resultados se han expuesto en un artículo de la versión digital de la Revista médica “Archives of Disease in Childhood”, en el que se expresan datos más detallados del informe, que fue realizado en base a los números de referencia extraídos de la documentación mensual sobre efectos adversos de la Unidad Pediátrica de Vigilancia de Australia, entre los años 2001 y 2003. Uno de los principales factores por los que se llega a estos resultados es debido a que muchos padres se vuelcan a este tipo de medicina por el hecho de suponer que a través de ella se puede lograr que los niños sufran menos efectos secundarios en el tratamiento médico.

Entre los antecedentes más preocupantes que ha dado a conocer este artículo, encontramos que durante el período tomado para la investigación se han notificado 46 casos adversos que tienen relación con tratamientos realizados con medicinas alternativas; entre ellos los sucesos más graves tienen que ver con la muerte de cuatro de los pacientes. Las razones más tradicionales de estas importantes contrariedades en la aplicación de este tipo de terapias se han encontrado entre la sustitución de la medicina tradicional por este tratamiento, el cambio de la dosis prescrita, o la aplicación de restricciones dietéticas.

Este informe tuvo en cuenta los datos de niños de todas las edades, desde su nacimiento hasta los 16 años, y cuyas enfermedades variaban en cuanto a tipo y gravedad. Los efectos adversos más comunes que se han registrado han tenido que ver con estreñimiento, sangrado, vómitos, retraso de crecimiento, infecciones, desnutrición, y hasta muerte en los peores casos.

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