Lo que es es

De acuerdo a lo escrito por Katie Byron, en su trabajo The Works,  únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez, y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención; advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día:
«La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien»,
«Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped»,
«La cola del supermercado debería avanzar más deprisa»,
«Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo»,
«Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)».

Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es.
La idea generalizada es: que si renunciasen a la discusión perderían parte del poder, si símplemente acceptaran la realidad, serían pasivas. Quizás incluso perderían el deseo de actuar.
Sin embargo, para contrarrestar esta idea, basta hacerse una pregunta:
«¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?».
«Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»: ¿Qué es lo que te da más poder?

The Work revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.

Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.

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