Los colorantes que se usan en la alimentación son sustancias empleadas para que los alimentos tengan un aspecto más apetecible a los ojos de los consumidores. Pueden ser de origen natural o artificial, siendo estos los más empleados actualemente por su mayor resistencia y menor coste.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en algunos países europeos se restringe mucho el uso de estas sustancias, mientras que en otros (como es el caso de España) se limita la cantidad que se puede emplear en cada producto. Por lo tanto se trata de un asunto en el que la comunidad científica no logra ponerse de acuerdo en cuanto a su uso.
Lo que sí parece comprobado es que pueden tener efectos perjudiciales cuando quienes los consumen son los niños, por lo cual en el Parlamento Europeo se ha aprobado un Reglamento por el cual que prohíbe el uso de ciertos colorantes en productos destinados a alimentación infantil. Los colorantes que quedan prohibidos son los siguientes: E 110, E 104, E 122, E 129, E 102 y E 124.
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