El valor de los medicamentos homeopáticos

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Los medicamentos homeopáticos reúnen una serie de características muy positivas que han conseguido que la homeopatía sea cada vez más valorada por pacientes, profesionales sanitarios y por toda la sociedad en su conjunto. Quizá su valor más importante sea que trabajan a favor del organismo, potenciando sus propios recursos, y no sustituyéndolos como pueden hacer otros tratamientos. Los medicamentos homeopáticos no se componen de sustancias artificiales que ejercen la función de defensas del cuerpo del paciente, sino que ayudan a que sus defensas naturales se vuelvan más eficaces contra cada patología concreta.

Ese trabajar a favor del organismo implica que la homeopatía es respetuosa con él, y lo es porque sus medicamentos están rigurosamente preparados con ese fin y son de origen natural. Dos ventajas que dan fe de ese respeto son que los medicamentos homeopáticos son aceptados por pacientes sensibles, y que no presentan efectos secundarios relevantes asociados a su toma.

Homeopatía para tod@s

Todo el mundo puede tomar medicamentos homeopáticos. Niños, alérgicos a los antiinflamatorios, al paracetamol o a los antibióticos, ancianos y hasta embarazadas y personas polimedicadas pueden recibir homeopatía sin problemas bajo supervisión médica. Por cierto que este último caso es la prueba de otra ventaja de los medicamentos homeopáticos: son compatibles con otros tratamientos.

Dicha compatibilidad se aprecia muy bien durante el invierno, cuando parte de la población se vacuna de la gripe y al mismo tiempo recurre a la homeopatía; o en el caso de enfermos crónicos, que simultanean los medicamentos tradicionales con los homeopáticos, tanto para aliviar la enfermedad como para reducir los efectos secundarios de los primeros. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los enfermos de cáncer que toman homeopatía para reducir las náuseas provocadas por la quimioterapia.

Esa ventaja de ausencia de efectos adversos relevantes (y de contraindicaciones e interacciones medicamentosas) es la otra prueba del respeto de los medicamentos homeopáticos hacia el organismo. Y no ocurre solo con unos pocos, sino con todo el arsenal que ofrece la homeopatía para luchar contra las patologías más diversas. No importa que hablemos de combatir la gripe, la diarrea, las migrañas, la lumbalgia, la otitis o el estrés, por mencionar algunas.

En efecto, como ves, los medicamentos homeopáticos pueden tratar una amplia gama de dolencias, y no se limitan a paliar los síntomas, sino que muchas veces contribuyen a curar su origen; incluso a prevenirlo si se toman con antelación. Teniendo en cuenta todos estos valores, no es de extrañar que la homeopatía esté volviéndose tan popular: no le faltan razones.

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