Piel y deporte

Nuestra piel es la primera línea de defensa contra las agresiones externas y, por lo tanto, requiere algunos cuidados para que esté sana y siga con esa función de protección. En algunos casos estos cuidados deben ser un poco más intensos, ya que con algunas prácticas deportivas la piel sufre más agresiones y de una mayor intensidad, por lo que los cuidados que le aplicamos han de ser mayores. Os dejo a continuación alguno de esos casos para lo que tengáis en cuenta a la hora de practicar esos deportes:

  • Si practicamos deportes acuáticos tengamos en cuenta que la exposición constante de la piel al agua le pasa factura, por que debemos rehidratarla convenientemente a través de un gel de ducha y de una crema que aporten la hidratación, sales minerales y las vitaminas que necesita para recuperar su tono habitual. Piel y deporte

  • Haciendo deporte al aire libre en el que el sol, el viento o el frío son acompañantes habituales ocurre algo similar. La piel se ve castigada por estos elementos y necesita que le echemos una mano en forma de crema con factor de protección solar en el caso de estar en verano o en exposición elevada a rayos ultravioletas, crema hidratante para combatir la sequedad que provoca el viento si nos afecta de continuo o cacao en los labios para que no se resequen.

  • En los lugares cerrados donde se practica aeróbic, spinning o actividades aeróbicas el nivel de sudor que generamos es más elevado, por lo que aumenta el grado de pérdida de agua de nuestro organismo. Esto influye en nuestra pielse reseca más rápidamente. Aquí la mejor solución es beberagua de manera regular y en dosis moderadas para mantener sus niveles de hidratación sin influir en la práctica deportiva.

  • También tenemos que tener en cuenta que sudando tanto eliminamos toxinas a través de este sudor que se quedan «enganchadas» en la piel. Deben ser eliminadas con una ducha lo antes posible y usando un buen gel que ayude en este cometido.

  • En deportes como escalada o alpinismo el sol es un enemigo de nuestra piel, ya que aumenta el grado de intensidad de los rayos ultravioletas, a lo que se suma el reflejo del sol en las zonas con nieve. De nuevo una crema solar de alto factor de protección es esencial.

  • Cuando corremos nuestros pies son los que se llevan la peor parte, por lo que debemos hidratarlos bien después de entrenar y ponerlos regularmente en agua y sal para que se recuperen mejor. Igualmente conviene rebajar las asperezas y durezas que puedan salir con el entrenamiento antes que se conviertan en algo peor, como callos o juanetes. Ojo también a las ampollas, un enemigo de los corredores.

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