Otra de las imágenes típicas del verano es la de gente comiendo en los chiringuitos de las playas. Son algo típico en nuestro país, pero no por eso tenemos que descuidar algunos aspectos en cuanto al higiene y preparación de los alimentos para evitar sustos desagradables:
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El calor es enemigo de las salsas y mayonesas, por lo que es preferible que no estén elaboradas en el establecimiento, sino que vengan en sobres individuales, donde su conservación es mucho mejor.
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Con los platos que lleven huevos ocurre lo mismo. Con el calor aumenta el riesgo de que se pongan en mal estado y podamos intoxicarnos. En la medida de lo posible conviene evitar o limitar su consumo.
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Hay que dejar tiempo suficiente a la digestión para que se desarrolle de forma tranquila. Tomar el sol o darnos un baño demasiado pronto puede tener consecuencias desagradables y peligrosas.
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Igualmente conviene no comer en exceso. El calor de estos meses puede interferir en la digestión de manera negativa.
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El establecimiento debe cumplir con todas las medidas de sanidad vigentes, al igual que ocurre con el personal, especialmente los encargados de la cocina.
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