Hace un mes que hemos cambiado de estación y todos podemos percibir los cambios que se producen a nuestro alrededor con la llegada de la primavera. Ocurre que para algunas personas estos cambios tienen más trascendencia que para otras, ya que su organismo se resiente, traduciéndose en síntomas como cansancio, irritabilidad, falta de apetito, dificultades para conciliar el sueño, etc. Esta sintomatología se conoce como astenia primaveral.
No se trata de una afección especialmente grave (salvo por las molestias que estos síntomas conllevan) y va remitiendo a medida que nuestro cuerpo se va adaptando al cambio de estación y sus consecuencias. No obstante, si estos síntomas persisten en el tiempo lo mejor es ir al médico, ya que pueden ser debidos a otras causas.
La mejor manera de preparar nuestro cuerpo para que no aparezcan estos síntomas es llevar un estilo de vida saludable y activo, o sea, nada que no sepamos: ejercicio físico con moderación, una alimentación sana y equilibrada, beber abundante agua, evitar consumo de alcohol y tabaco, etc. También se recomienda el consumo de frutas de temporada, muy útiles para recuperar nuestra vitalidad en estos momentos en los que nos encontramos más decaídos.
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